Bodega Santa Rosa se fundó en 1898 y el año próximo será su 125 aniversario. Una fecha de tanto calibre merece un festejo a lo grande, pero había serias dudas que pudiera celebrarlos, dada su crítica situación económica y financiera. Los embargos de DGI y BPS, más el de sus marcas, ya sin viñedos propios y comprando uvas a productores a quienes pagaba con mucho retraso, auguraban un colapso inminente. Hoy un nuevo propietario la administra con suficientes recursos, como para asegurar que el festejo se va a realizar. Una situación comparable al gol del triunfo en el minuto 90

Juan José Passadore sobrino nieto del  fundador, nunca estuvo vinculado a la bodega y fue quien vino al rescate. Exitoso empresario en el ramo de fletes, fue el primero en importar camiones chinos al Uruguay. Sabiendo que las semanas estaban contadas para Bodega Santa Rosa, esa secular tradición familiar lo presionaba y le pedía asumir el gran desafío del salvataje. Su temple de exitoso emprendedor le animó a la aventura y le ayudó a tomar la decisión.

Tomó las riendas en febrero de este año, recién comenzada la vendimia, para encontrar que si bien podía comprar uvas al contado, no podía procesarlas porque la prensa no funcionaba ni se podía reparar. Sin conocerlo, contactó a Fernando Deicas para pedirle ayuda, quien sin dudar le respondió: “Tengo dos aquí en Juanicó que no uso, vení a buscar la que te guste y te la llevás, pero no te pierdas esta vendimia”. Con la gran mano que el colega le dio, este año se pudieron procesar 800.000 kgs de uva y arrancar con fuerza la nueva etapa de Famiglia Passadore.

Prestigiosa en la década de los 50 y pionera de los vinos finos, con sus marcas Fond de Cave y Chateau Thierry, comenzó a elaborar espumosos y se adueñó del mercado, en un rubro que poco interesaba a las demás bodegas.

En materia de tintos su Cabernet Clásico de etiqueta naranja era de los mejores del momento y no era sólo Cabernet, también contaba con aportes de otras cepas. No existía INAVI y tampoco las reglas actuales que rigen para los varietales. Era el preferido de los turistas argentinos que encontraban muy agresivos al paladar, nuestros tintos de entonces.

“Casi todos nuestros tintos tienen algo de Tannat, porque les da más color y cuerpo” comenta Nicolás Guzmán, joven enólogo de la bodega.

“Hoy estamos a full rescatando clientes que habían dejado de trabajar con nosotros. Cuento con un plantel nuevo de vendedores con metas de visitas y en Montevideo estamos incorporando más de 100 pequeños comercios cada día. Nuestro siguiente paso es el interior y ya estamos programando la operativa” dice Santiago Siniscalco nuevo gerente comercial de la bodega.

La incorporación del vino en lata está ayudando mucho en esta tarea de recuperar clientes. Se compró una envasadora que permite llenar 1.800 latas de 500cc por hora y en el mercado se venden en el entorno de los $100. Es un segmento que en el mundo despega con fuerza y Santa Rosa lo tiene claro. Un Medio y Medio, un blanco, un rosado y un tinto, son los que tientan mucho a los jóvenes, contentos de despegarse de la incómoda y poco elegante caja.

A pesar de todos los inconvenientes, dos jóvenes enólogos Bruno Beccaria y Nicolás Guzmán se las han ingeniado para mantener la calidad de los vinos de la bodega. La evidencia incontrastable se encuentra en los premios obtenidos en la última edición del International Wine Challenge, en el que fueron reconocidos dos tintos del año 2017. El Origen Famiglia Passadore 2017 con Medalla de Oro y el Tannat del Museo Famiglia Passadores 2017 con Medalla de Bronce.

Con este fuerte impulso que ha tomado la icónica Bodega Santa Rosa, ya no quedan dudas que el año que viene festejaremos sus 125 años.