El lunes 1º muchos presidentes estuvieron reunidos en Glasgow y ninguno dejó de adherir a la causa del medio ambiente. Ahora y por diez días, les toca el turno a los expertos y seguro que hablarán del hidrógeno verde y los bonos de carbono, pero no creo que en sus deliberaciones se trate un tema tan concreto, como el de los viñedos que peligran en diversas zonas del mundo

Eventos extremos preocupan hoy a los viticultores y ya se evidencia que el cambio climático se expresa a través de ellos, más allá del lento y gradual aumento de las temperaturas globales.

En Europa, esto último ha puesto en duda la sostenibilidad de los viñedos en producción, con variedades que capaz dejarán de servir con veranos más calurosos. En Francia ya se tomaron medidas y el instituto que atiende los temas del agro, contrató la construcción de una enorme cámara refrigerada, a un costo de más de 10 millones de euros, para congelar la colección más grande del mundo de vides actuales e históricas. Será un respaldo sin igual, para la conservación del patrimonio botánico de la viticultura mundial

Aquí cerca, en Chile y Argentina

La región del Maule, a más de 1.000 al sur de Santiago y de clima más frío y húmedo, por años no fue tenida en cuenta como zona de producción por las Viñas de Chile. Hoy en cambio ya se la mira con otros ojos y la superficie de sus viñedos crece y crece.  No es que se estén arrancando parcelas del valle central, pero con nevadas menos copiosas en la cordillera, el abastecimiento de agua para regarlas cerca de la capital, preocupa a muchos de los productores.

Del otro lado de Los Andes, la provincia de Mendoza atraviesa una década de escasez de agua y este complejo escenario se evidencia en que los principales ríos están teniendo un año hidrológico catalogado como “pobre”. El Departamento General de Irrigación de la provincia, presentó un pronóstico de caudales fluviales, que los estima fluctuando entre el 50% y 60% de la media histórica. En el Valle de Uco asiento de algunas de las últimas y más importantes inversiones, ya se prohibió la radicación de nuevos viñedos, como medida protectora y de conservación del riego actual.

Francia y Alemania duramente castigadas

“Estamos probablemente ante la mayor catástrofe agrícola del siglo XXI”, dijo el ministro francés de Agricultura, Julien Denormandie. Cataloga asé, el daño de las heladas de esta primavera, que fueron mucho más dañinas, porque acontecieron después una semana muy calurosa y que propició un generoso florecer de las viñas. Sobretodo en la zona central de Francia, Chablis y Borgoña fueron muy afectadas por el evento. Hay que remontarse a abril de 1991 para encontrar un fenómeno parecido

Más hacia el este, en el valle del rio Ahr, conocido como “el paraíso del vino tinto alemán”, por las viñas de Pinot Noir que crecen en sus empinadas laderas, la economía depende en gran parte de la viticultura y el turismo que genera. Las inundaciones de junio afectaron seriamente a las bodegas y sus cavas, por el furioso torrente que las inundó, estropeando los equipos y las barricas, bañando de barro las botellas, algunas ya etiquetadas y otras esperando su turno.

En nuestro país

Los viticultores en Uruguay no creen mucho en el cambio climático identificado como el aumento de las temperaturas promedio. En cambio piensan que se puede expresar en forma de calores más acentuados o déficit de precipitaciones. Sin embargo vale destacar que venimos en una racha de años favorables para el sector y que en la última década – salvo en 2014 – el resto de los veranos no resultaron complicados para la maduración de los racimos. Al contrario, los cuatro últimos han sido más que propicios para el cultivo de la vid.