Los viñedos del Cerro del Toro, son el más reciente emprendimiento del empresario japonés Makoto Kambara, quien ya cuenta con una larga trayectoria de negocios en Uruguay. Álvaro Lorenzo dirige el dream team que se ha propuesto concretar el sueño de la familia Kambara y que tanto tiene que ver con el de Don Francisco Piria. El asesoramiento agronómico es del Ing. Agr. Néstor Merino; el cuidado del viñedo lo realiza Fernando Scalabrini, y las elaboraciones son supervisadas por el enólogo Martín Viggiano. CATADORES ha degustado dos ejemplares que seguro te gustarán

Merlot Reserva 2019

Este Merlot es el primero del proyecto vitícola Cerro del Toro. El equipo de profesionales eligió dos cuadros en particular para plantar Merlot. El que se conoce como Norte 2, se ubica en las laderas bajas y crece sobre un suelo de textura franco arcillosa y sus uvas reflejan con claridad estas características particulares. Al otro – Cerro 8 – se llega subiendo un buen trecho, hasta alcanzar los 120 msnm, para comprobar lo diferente del terreno, tan pedregoso y hasta con partículas de cuarzo. Esta condición refleja como es natural, unas uvas que se diferencian de las anteriores. Ambas parcelas participaron con su fruta para darle una personalidad especial a este varietal 2019.

La bodega aún no se construyó en el predio y está programada para entrar en funciones en 2021. Por tanto los vinos se elaboran en las que están activas y este Merlot 2019 se procesó en la cercana Viña Edén. La vinificación se realizó con Martín Viggiano cuidando cada detalle y un 10% del vino reposó en barricas de roble francés, para complementar una fruta de por sí generosa y darle la estructura necesaria en boca. Aromático y sabroso, muy disfrutable por tanto, es un tinto moderno que vale la pena probar con una pasta rellena y también lo imaginamos como un buen compañero del matambrito de cerdo a las brasas. Fruto de una pequeña partida y sólo se vende en tiendas de vinos.

Albariño 2020 

En materia de blancos, Cerro del Toro hizo una apuesta fuerte por el Albariño y ya hay varios cuadros, que dan sus uvas para este varietal tan singular. La cercanía del océano – apenas 2 km – reproduce de alguna manera las condiciones del cultivo en la Galicia natal. Tierra que Viggiano conoce bien de sus largas cosechas en diferentes bodegas gallegas. Esta es la tercera añada que se elabora, de mayor volumen que las anteriores, en la medida que las vides alcanzan su madurez productiva. Se obtuvo así un blanco de refinado aroma, que oscila entre lo dulzón y lo cítrico, como para seducir y encantar a quien lo bebe. Este perfil combina muy bien con la firme y apetitosa acidez, que le da carácter en boca. Ideal para una mesa en base a frutos de mar en conserva o fritos o para una suculenta tarta gallega.