Crece en los mercados la propensión de los consumidores a preferir vinos con menor grado alcohólico. Va de la mano de una alimentación más saludable y los enólogos no pueden ignorarla. Tanto así que algunas empresas ya encararon la elaboración de vinos analcohólicos, que en realidad no son vinos. Las reglas internacionales establecen claramente, que sólo se puede llamar vino, a la bebida alcohólica que procede de la fermentación del jugo de uvas

Aquí en Uruguay y en 2017, la bodega Familia Irurtia ya produce el suyo con su línea Natural 0.0 y lo caracteriza de otra manera: “Técnicamente es un néctar de uvas. Un jugo de variedades viníferas que se retoca para hacerlo más gastronómico. Es dulzón, pero mucho menos que el  jugo natural”, comenta Marcelo Irurtia.

“Comenzamos este proyecto impulsados por la tolerancia 0 para conductores. Buscamos alternativas de producción en países que ya contaban con esta bebida. No lo llamamos vino sin alcohol, porque no lo es, pero puede sustituirlo en momentos de consumo. Y pasa y ayuda mucho, con los visitantes a nuestra bodega, donde casi siempre hay un conductor que no puede beber vino”, agrega.

Eliminar el alcohol del vino no es fácil y la destilación al vacío es la técnica más popular. Se realiza a presión reducida, para bajar el punto de ebullición del etanol y para evitar la evaporación de los compuestos aromáticos. Así se obtiene un vino de menor graduación cuyos sabores y aromas son más cercanos al producto original. También se usa la ósmosis inversa con el uso de membranas semipermeables.

Con algún de estas técnicas es como en Alemania, la reconocida firma Henkell, produce sus Riesling y espumosos sin alcohol. En Italia, la bodega Torti de Pavia cada año presenta al mercado, una nueva línea de vinos Hello Kitty y lo hace con éxito asegurado.

La tendencia ha tomado tanto impulso que la Unión Europea ya se ha visto obligada a regular estos “vinos sin alcohol”. En 2023 entrará en vigor una nueva categoría para todos los vinos de parcial o limitada desalcoholización. El límite de alcohol establecido no deberá superar la cota del 0,5%.

Los países productores de Europa ya están trabajando en las directrices que definan las prácticas enológicas específicas, que se aplicarán a estos nuevos productos. Sin duda el sector vitícola apuesta a la innovación y es sensible a las preocupaciones de los consumidores, aunque respetando la integridad y las tradiciones del producto.