Andrea Alonso Castaño nació y vivió su infancia en Montevideo, hasta que sus padres decidieron radicarse en Buenos Aires. Allá se fue ella junto con sus catorce hermanos y su adolescencia transcurrió del otro lado del charco. Al finalizar la secundaria comenzó a trabajar en el hotel Sheraton y llegó a ocupar el puesto de supervisora de banquetes. Ese cargo le posibilitó multiplicar sus contactos con las bodegas y sus enólogos y también, a participar de muchas catas

Así descubrió un mundo que la apasionó. Al cumplir 30 años emigró a España, donde continuó su formación hasta obtener en Alicante, el título de sommelier. Hoy en Madrid, ejerce su profesión en Compras  del grupo METRO, que se dedica a abastecer de vinos al sector Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Su perfil en Linkedin describe su puesto: Category Manager – Compradora de vinos y miembro del Comité de Catas de METRO Internacional, como experta y para proveer las marcas propias. Realiza la selección de vinos de España, Portugal y Nuevo Mundo (Argentina, Chile, EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica).

Un concurso muy destacado

En 2010 ganó el concurso Nariz de Oro de España. Un certamen que se puso en marcha en 1990 a instancias de don Luis Magaña, editor de la revista Vino y Gastronomía, quien postulaba que los sommeliers debían perfeccionarse y  medir sus dotes olfativas. Para participar, los profesionales deben anotarse en una de las 6 o 7 ciudades en las que se realiza la preselección. Madrid, Barcelona y Sevilla casi siempre están.  Las pruebas consisten en acertar el nombre y el perfil de una bebida alcohólica servida en copa negra, que no permite ver el color. Sólo participa el olfato y de ahí su nombre.

En noviembre Andrea estuvo en Montevideo para participar en Avinate 2019 y entrevistada en Café Nómade contó de su vida y andanzas:

Al llegar a España te radicaste en Alicante y allí cursaste la carrera de sommlelier. En qué año fue eso?
Llegué en el 2005, hice la formación en 2007, pero antes de recibirme y gracias a mi experiencia en el Sheraton Buenos Aires, ya estaba trabajando en el departamento de compra de vinos para el grupo Metro.

Preferiste trabajar en el sector comercial, a hacerlo en un restaurante asesorando de vinos a los comensales
Me encanta el servicio y atender al cliente me apasiona, porque me permite conversar de vinos, pero los horarios son todo un tema, van a contracorriente de todo el mundo y más en mi situación, que era la atender a un hijo pequeño.

Cómo se dio, que siendo recién egresada te decidieras a participar en el concurso la Nariz de Oro?
Fue algo raro como llegué a participar en este concurso. Un cliente y amigo que de alguna forma admiraba mi forma de identificar y comentar los vinos, me alentaba a anotarme. Pero yo me resistía, porque no me parecía bien competir contra colegas, que a menudo eran mis clientes. Sin embargo este compinche Paco, me anotó y no tuve más remedio que concursar.

Cuéntanos en que consistió en esta experiencia.
Nos sirvieron en 5 copas normales las muestras de vinos y destilados. La enóloga nos explicó las características de ellas y cada uno, libreta en mano, anotaba toda esa información. Luego hicimos las catas correspondientes y seguimos registrando lo percibido en cada copa. Después debimos salir de la sala y volver a entrar para realizar el examen teórico y en una copa negra ya teníamos servida una de las cinco muestras anteriores y la debíamos identificar por el olfato. Luego explicar al jurado las características de esa muestra, de acuerdo a lo que la nariz nos decía y lo que antes habíamos anotado, cuando nos presentaron y probamos las cinco.

Y al anunciar la ganadora…
Cuando el jurado pronunció mi nombre no me lo podía creer.  Habían participado tantos colegas con más experiencia que la mía y yo soy la ganadora? No puede ser, esto es surrealista. Es cierto que hice lo mejor que pude. Que pasé unos nervios de muerte, se me hacía un nudo en el estómago y luego te ves ahí con un trofeo en la mano.

Que supuso para ti ser Nariz de Oro en España?
Un antes y un después. Pasé de ser una profesional desconocida, a que te miren y te reconozcan y te preguntas que pasa aquí? Si yo sigo siendo la misma simplota, que me gusta hacer bromas y divertirme. Cuando trabajo soy tal vez demasiado exigente y aunque recibí distintas propuestas continué en el grupo METRO, porque me siento muy a gusto en mi puesto. La diferencia fue y es, que desde entonces muchos colegas me llaman a catar con ellos y que de los concursos internacionales siempre me invitan a integrar los jurados.

Sin duda Andrea Alonso se destaca especialmente por su agudeza olfativa y así se lo reconoció el jurado en 2010. Más de 400 sumilleres participaron entonces en las diferentes semifinales realizadas en San Sebastián, Sevilla, Madrid, Valencia y Barcelona. Hoy, y como compradora de vinos en el grupo METRO, cada viernes ella sigue practicando y puliendo sus dotes, al catar junto a sus colaboradores, unas 50 muestras para destacar el puñado de ellas que serán compradas por el grupo METRO.