Rosane Arkader de Viña Edén nos invitó a probar sus dos nuevos varietales tintos y allá fuimos. Algunos desde Montevideo y otros de Maldonado

La bodega queda en la ruta 12, en la ladera del Cerro Negro, un poco antes de llegar al Pueblo Edén. Sus propietarios, Mauricio Zlatkin y ella, no vacilaron en contratar a un estudio de arquitectos destacado, para diseñar esta construcción tan futurista. Adentro la dotaron con tecnología de última generación y sus vinos ya son reconocidos por su calidad.

Desde la terraza de su restaurante se aprecia un panorama impresionante, en un arco de 180º grados, que la vista no se cansa de recorrer una y otra vez. Debajo, los viñedos y muy a lo lejos el horizonte y como techo, el cielo.

El nuevo Marselan Cemento 2020 y su compañero el Pinot Noir 2020, fueron el motivo de la convocatoria.

Marcelo Breganti, enólogo residente,  tuvo a su cargo presentarlos y lo hizo de esta manera:”Desde el principio cultivamos Pinot Noir, para tener la uva del espumoso y de un rosado y esto funcionó así, durante casi una década. No dábamos el paso de vinificarla en tinto, porque no son tantos los consumidores que lo demandan. Si es uno bueno, lo valoran más bien los conocedores”.

“Al llegar el 2020, la cosecha fue tan buena, que no nos resistimos a dar el paso de elaborarla en tinto. Lo hicimos y estamos muy contentos. Se envasó sin filtrar para no desmejorarlo en su aroma tan delicado. Hicimos unas 2.200 botellas. Maduró unos 10 meses en barricas usadas”, agregó sobre su elaboración.

A su turno, Rosane recordó que en Bodega Garzón probó por primera vez el Marselan. “Cada vez que volvía a mi casa en Río de Janeiro, siempre compraba ese vino. Tanto me gustaba, que propuse hacer un Marselan varietal, porque ya la teníamos plantada pero se usaba para el corte del tinto Cerro Negro”, recordó Rosane del otro vino.

“Cuando Marcelo Breganti se hizo cargo de la producción, volví a la carga y tuve no sólo una respuesta afirmativa, también me encantó su entusiasmo por elaborar nuestro propio Marselan, el que ahora estamos probando”, subrayó con una gran sonrisa.

De mi lado corresponde aclarar que la cepa Marselán es relativamente nueva en Uruguay y lo sorprendente es, cuán rápido conquistó a bodegueros y viticultores. Lo cual indica que le sobran virtudes. Es un cruzamiento entre Cabernet Sauvignon y Garnacha creado por en el INRA francés en 1961. Se empezó a cultivar en Marseillan, a orillas del Mediterráneo, ciudad francesa de la que recibió su nombre.

Ambos tintos muy buenos a decir verdad. Ninguno de los dos escatima su aroma sino al contrario, son bien generosos en este sentido. De un guindo oscuro y brillante el Marselan, más claro y menos límpido el Pinot Noir que se embotelló sin filtrar. A todos nos encantaron, por ser tan expresivos y no dudo que tendrán muy buena acogida, aquí y en Brasil, el país de nuestros anfitriones.