Un bivarietal único en el mundo

Bodega: Artesana Winery
Origen: Las Brujas, Canelones
Precio: $ 650

La Zinfandel se cultiva mucho en California pero no es originaria de ese estado. No obstante los productores de la zona la prefieren para elaborar vinos tintos o rosados y la consideran como suya. Su cuna en cambio se ubica en la región del mar Adriático, tanto en Croacia como enfrente, en la Apulia italiana. Al instalar sus viñedos y su bodega en Las Brujas, el americano Blake Heinemann quiso que esta variedad fuera incluida y es el único en Uruguay que la cultiva para producir vinos finos.

“Es una variedad que anda muy bien en climas cálidos y secos, como en el oeste de Estados Unidos”, comenta el enólogo Ignacio González a cargo de la bodega. “No la conocía de antes, pero se ha venido adaptando bien a nuestro suelo y clima. Las plantas ya son más veteranas y ayuda, que los veranos son más calientes. Es sensible a la humedad y por eso sus racimos deben quedar bien expuestos al aire y al sol. Da uvas grandes y de piel fina, por tanto hay que cuidarla mucho durante la maduración. Se destaca por su frutosidad y frescura, no tanto por un gran cuerpo, aunque madura bien sin perder acidez”. Sin duda por el trabajo que da su manejo en el viñedo y por su sensibilidad a los hongos, no ha sido tenida en cuenta por otros productores de Uruguay y el Cono Sur. De todas maneras creo no ser atrevido, si afirmo que este bivarietal Tannat y Zinfandel es único en el  mundo.

El color en la copa es intenso y sin duda viene del Tannat, que participa con un 80%. El 20% de la otra, aporta buena frutosidad y frescura, tanto en el aroma como en boca. “Si sirve la comparación, debo actuar como el sonidista cuando ajusta los canales y el volumen. Hemos ensayado y cambiado la composición, viendo de mejorar el corte, pero al final siempre resulta mejor esta proporción de 4 a 1”, dice el enólogo. Por otro lado y para mí sorpresa en la contra etiqueta de la botella leo que tuvo una crianza de 12 meses en barricas, pero lo curioso es que al probar el vino, la madera no se nota. Alertado por la lectura y en una segunda prueba, puedo decir que sí aparece, pero de forma muy tenue, lo cual no coincide con un año de permanencia en roble. Por supuesto que le pedí a González que me lo explicara y lo hace de esta manera: “Es que si bien la redacción no lo especifica, el Zinfandel no pasó por madera, aunque el Tanat si tuvo esa larga crianza, pero en barricas usadas, porque siempre queremos que la fruta predomine”. De nuevo entonces, me encuentro con un tinto muy tentador, aromático y de una acidez fresca y sabrosa, que lo hacen muy recomendable. Como siempre, puedes comprarlo en nuestra tienda.