En el viaje a Sicilia – del 21 al 29 de abril – de Catadores Uruguay, visitaremos 5 bodegas elegidas por su perfil original y destacado. Cada una es particular y diferente. La selección se realizó por la región donde se sitúan; por las cepas que cultivan; por los vinos que elaboran. Están dispersas en la geografía de la isla, lo que nos permitirá recorrerla y conocerla en profundidad. La cuenta regresiva comenzó

Conocer una de las 6 bodegas de la familia Planeta era y es, casi obligatorio. Son ya diecisiete generaciones dedicadas a cultivar cepas autóctonas hasta que, en la década de los 90, Diego Planeta junto a sus sobrinos Alessio y Santi, decidieron romper con las tradiciones sicilianas y plantar variedades francesas. Eran años en que los vinos de la isla no aparecían en las revistas internacionales, por no llegar a una calidad destacable. Para gran sorpresa de italianos y del mundo, en el año 2000, su Planeta Chardonnay Sicilia 1998 obtuvo 91 puntos en el TOP 100 de Wine Spectator siendo el primer vino de Sicilia en ser incluido en esa prestigiosa lista anual. Buonivini Planeta se ubica al sur de la isla en la región de Noto y será la primera visita de nuestra gira.

En la ladera norte del Etna, está Girolamo Russo “Vini di un terroir vulcanico”. Una casa vitivinícola creada por Giuseppe Russo en 2005 que de su emprendimiento dice: “Elaborar vino en el Etna es un acto de amor. Amor por una tierra que nutre y que lleva dentro la memoria del fuego”. A 700 metros de altitud, sus viñas dan excelentes uvas a partir de esa tierra negra, tan rica en minerales. Es la región del tinto Nerello Mascalese y el blanco Catarratto. La visita será a media mañana e incluye el almuerzo. De tarde será el paseo en el antiguo tren por el Parque del Etna.

Cantine Gulino es otra de las bodegas antiguas de Sicilia, ya que data de 1793. Una finca familiar que produce vinos a partir de uvas que alguna vez estuvieron casi extintas: las blancas Albanello y la Moscato di Siracusa (una variedad muy antigua de Italia). Y no faltará el Nero d’Avola, varietal insignia siciliana que da tintos de tanta personalidad. Después de la degustación visitaremos Siracusa, con tiempo libre para visitar el Teatro Griego y el Anfiteatro Romano.

Cantine Settesoli es desde 1958, una cooperativa formada por pequeñas explotaciones familiares, con predios que no superan las 4 hectáreas trabajados de forma ecológica. Es que, la cultura de la sustentabilidad es la norma de la casa. La misión sigue siendo la misma: demostrar que una cooperativa puede producir vinos de máxima calidad y, al mismo tiempo, ofrecer un modo de vida digno y sostenible a sus habitantes. Probaremos sus vinos, compartiendo un almuerzo típico.

Curatolo Arini. En 1875 Vito Curatolo Arini decidió construir su bodega dentro del viñedo que cultivaba. Bien asesorado, comenzó a producir los tintos dulces de Marsala y el éxito no se hizo esperar. Hoy será su bisnieta Alexandra Curatolo, quien nos recibirá en la bodega para degustarlos. Antes, visitaremos las viñas, almorzaremos y probaremos los vinos tranquilos que las nuevas generaciones elaboran. Luego será el momento del Marsala, donde tendremos la fortuna de degustar maravillosos ejemplares de 5, 10 y 20 años. Sin olvidar que Alexandra descorchará una botella de Marsala Vergine 1995, para “los catadores de Uruguay”.

¿Qué más pedir? Solo con Catadores Uruguay la experiencia es completa e integral. Bodegas centenarias, modernas, industriales, donde técnicos y propietarios abrirán sus puertas para recibir a un grupo de apasionados que cruzan el Atlántico para vivir y disfrutar de su pasión.

Si te entusiasma, escribirnos a: viajes@catadores.net