Fernandino de la tierra del Dante

Bodega: Sierra Oriental
Origen: Paraje José Ignacio, Maldonado
Precio: $ 520

A esta altura ya sabemos que el Este del país se convirtió, en un polo de atracción de nuevos emprendimientos vitícolas. Y este es uno de ellos y se ubica a una treintena de kilómetros del Océano Atlántico. Muy cerca de la naciente del arroyo José Ignacio, se enmarca en un paisaje serrano que recuerda a la Toscana italiana. Es allí donde Rodrigo Diz Solari decidió plantar 9 hectáreas de viñedos, con variedades blancas y tintas. Conociendo bien al enólogo Juan Andrés Marichal, no tuvo dudas de contratarlo a él y a su bodega, para elaborar sus vinos en el departamento de Canelones. Más allá de contar con Tannat y Cabernet Sauvignon, juntos tomaron el riesgo de plantar Sangiovese, una variedad que en Uruguay se cultiva, pero que hasta ahora produjo muy pocos tintos VCP. En la Toscana es la base de los mejores tintos, pero los hay también de regular calidad. Fueron esos los que nos sorprendieron en nuestra primera visita a Florencia. Es que pensábamos que sus varietales nos iban a deslumbrar, pero en realidad nos costó encontrar los de un nivel aceptable. Recién cuando llegamos a la famosa colina de Montalcino y frecuentar sus cantinas, pudimos reconfortarnos y disfrutar los excelentes Brunellos que allí se elaboran. Pero sin duda para lograr estos resultados, se hace imprescindible un manejo muy cuidadoso del viñedo, una vinificación prolija y sobre todo una crianza en roble, que les proporcione la elegancia indispensable. La Sangiovese es una variedad que se caracteriza por su tanicidad y por dar vinos de acidez relevante. Por eso en nuestro primer contacto con sus vinos, los encontramos muy parecidos a nuestros Tannat. Buena decisión entonces la de Rodrigo Diz, de encomendarle a Juan Andrés la elaboración de este varietal, porque es un enólogo con mucha experiencia en lidiar con nuestra cepa emblema. A partir de este año, Uruguay ya puede contar en la grilla de los VCP, con este brioso Sangiovese tinto. Porque tiene mucho carácter, los taninos domados y la acidez firme, que lo aconsejan como ideal para una buena picaña jugosa. Pero no sólo jugará bien en la cancha de las carnes rojas. También sorprenderá gratamente con una lasagna bien gratinada, como para que plato y vino traigan a la mesa una grata reminiscencia itálica. Se vende en locales de Iberpark