Bodega Cerro del Toro comenzó a plantar sus primeras parcelas en 2016 y siendo tan nueva, se sigue posicionando cada vez con mayor visibilidad, si bien todavía no cuenta con su propia planta de producción. No falta mucho para que comience su construcción, ya está diseñada y se ubicará en lo alto de ese gran predio de 800 hectáreas

En 2019 cuando ya las vides comenzaron a producir, sus primeros vinos vieron la luz. Su calidad fue indiscutible y reconocida desde entonces, fruto del trabajo de un equipo técnico muy bien ensamblado. Martín López lo coordina desde la gerencia general, Martín Viggiano es el enólogo y cuenta con destacados asesores: Fernando Scalabrini como gerente de viñedos, Néstor Merino consultor agronómico y Duncan Killiner que aporta su experiencia internacional para la elaboración de los vinos. Para ellos la calidad es una obsesión y prueba de eso es cómo trabajan el viñedo. Las 28 hectáreas plantadas se dividen en 52 parcelas – algunas con nombre propio – que son chequeadas al detalle en cada vendimia, para detectar las de mejor comportamiento.

“Frescura y energía es el estilo de Cerro del Toro” decía Martín Viggiano al referirse a los vinos de la bodega, cuando en Sofitel Carrasco presentaba el nuevo Blanco Atlántico 2023. Es la reciente incorporación a la línea Clásica, que de esta manera, ya totaliza 6 integrantes. Se elabora en inoxidable con mínima intervención y en base a dos cepas: la Chardonnay que en mayor proporción aporta perfume y elegancia y, la Viognier que lo vigoriza en el paladar. Entre ambas producen buena sinergia y le dan mucho carácter a este nuevo vino, que sin ser de los más caros, tiene los atributos de disfrute que le pedimos a un blanco del año. “Sentimos que en él, está el alma de nuestro equipo y nuestra empresa”, comentó satisfecho Martín.

Cierto es, que el lugar tiene mucho que ver con este proyecto y creo que es indudable que genera una energía singular que contagia a los técnicos a dar lo mejor de sí. El cerro es una elevación de 250 metros que hace millones de años formó parte de una cadena de volcanes, hoy inactivos. “Eso nos da terrenos con topografía de pendientes, suelos pedregosos de roca metamórfica y granitos. Además, estamos a escasos dos kilómetros en línea recta del Atlántico. De hecho, desde el viñedo se puede apreciar y sentir el mar. Es una viña atlántica, con condiciones marcadas y vinos que intentan transmitir ese lugar, con frescura y expresión”, narraba Viggiano orgulloso de trabajar en esa región con tanto nervio.

Muy apasionado con la Albariño, Martín ha viajado varias veces a Galicia a colaborar con la vendimia y a conocer a varios de los productores, con los que trabó amistad. Eso le permitió organizar el año pasado un exitoso seminario en INAVI, sobre esta variedad, con la participación de algunos de sus amigos gallegos y decenas de viticultores locales.

Su vitalidad y el entusiasmo que despliega al encarar su trabajo, le han merecido ser designado Enólogo Joven Revelación del año, tanto por el británico Tim Atkin, como por el chileno Patricio Tapia de la guía Descorchados. Así nos lo anunció Martín López a todos los presentes en Sofitel y un aplauso generoso coronó sus palabras.

También como primicia y para completar la presentación, otros vinos se sirvieron esa noche, en particular dos tintos que cosecharon muchos elogios: Singular Ladera Alta Cabernet Franc 2021 y Singular Rocamadre Tannat 2021.

Y volviendo al crecimiento sostenido que Cerro del Toro viene experimentando, la empresa acaba de cerrar un acuerdo con Soldo Hnos., para que esta tradicional empresa de alimentos se encargue de distribuir los vinos de la bodega, a lo ancho y largo del país.

Bueno es saber que el Uruguay cuenta con otro emprendimiento en el Este, que camina con paso firme y decidido a posicionar bien alto nuestros vinos.