Elegante, gentil y de buen equilibrio

Bodega: Viña Concha y Toro
Origen: D. O. Peumo, Chile
Precio: $ 990

Pasó en noviembre de 1994, mientras el investigador francés Jean-Michel Boursiquot  recorría distintos viñedos en Chile y advirtió que en muchas parcelas el follaje no era uniforme. Un estudio concienzudo reveló que mezcladas con las vides de Merlot, se encontraban las de Carménère. Una variedad bordelesa extinguida en Francia, a fines del siglo XIX. El descubrimiento produjo una gran conmoción en el mundo vitícola transandino. Primero fue el remordimiento y la culpa de haber confundido y mezclado, dos variedades tan diferentes. Pero enseguida el humor cambió al percibir, que al país se le presentaba la gran oportunidad de contar con un cepaje tinto, inexistente en el resto del mundo. Hubo que aprender a manejarlo en el viñedo y por muchos años, los varietales Carménère de casi todas las bodegas, presentaban un aroma herbáceo que le restaban categoría. Ahora y hace ya tiempo, ese factor se ha corregido y Chile se enorgullece de contar con su propia cepa emblema.

Viña Concha y Toro supo manejar esta condición inicial, cosa que se puede comprobar en este varietal que muy bien expresa dicha transformación. Nace en Peumo, a unos 100 km al sur de Santiago, en un viñedo costero al río Cachapoal. Marcelo Papa, el enólogo responsable de la línea Marques de Casa Concha, es quien lo diseña. Bajo su dirección la marca logró una posición internacional muy destacable y en este caso nos ofrece un tinto oscuro a la vista y de aroma frutado tipo mermelada. Si bien tuvo una crianza en roble de 14 meses, la madera ya está fundida con la fruta y sólo un olfato entrenado puede percibirla. En la boca se muestra elegante y sorprende con una acidez gentil y su buen equilibrio. Sin duda por su precio no se ubica en los del consumo diario, pero va a ser muy elogiado si se descorcha con el grupo de amigos apropiado.