Sebastián Llanes y Sandra Franco, una joven y dinámica pareja constituyeron en 2002, una distribuidora de productos de higiene personal y del hogar para la zona sur de Montevideo. Hoy con una importante línea de alimentos agregada, ya atienden una cartera de 2.000 clientes, que van desde los autoservicios de barrio y restaurantes, hasta los supermercados

En 2019 y con el afán de seguir creciendo incorporaron los vinos de una bodega de Mendoza. Ahora dan otro paso más y  suman a Bodega Atamisque y Finca Sophenia, dos del Valle de Uco, reconocidas por la calidad de sus vinos.

“Nos iba bien con nuestra primer bodega y queríamos subir otro escalón. Buscamos entre las argentinas, descartando las que ya tenían representante. Seleccionamos diez y en Semana Santa fuimos a visitarlas. Atamisque nos encantó enseguida, no sólo por la calidad de sus vinos, también por el equipo humano que la dirige y ese fue el primer peldaño”, cuenta Sandra.

“Asimismo Finca Sophenia nos causó grata impresión en ambos sentidos, pero teníamos dudas de abarcar tanto. Sucedió que ellos estaban buscando importador en Uruguay y por ser vecinos y amigos de la gente de Atamisque, nos decidimos a concretar y subir el tercer escalón”, agrega Sandra.

El lunes pasado en el Bar de Vinos de Carrasco, Distribuidora de Todas Partes, hizo la presentación de los vinos de las dos bodegas. De Argentina vinieron sus representantes y una invitación generosa, hizo que el local se viera colmado.

Atamisque, la petit France mendocina

Después de una larga trayectoria en el grupo Accor francés, John du Monceau se retiró e instaló su propia bodega en Mendoza. En 2006 después de visitar decenas de propiedades, no encontraba la ideal porque quería una donde también pudiera vivir. Al final encontró una quinta que lo enamoró, por su amplia arboleda, su gran estanque y suficiente terreno para plantar las vides, construir su bodega.

El Ing. Agr. Philippe Caraguel, con un master del Instituto de Enología de Montpellier, es su mano derecha y representó a la bodega en el Bar de Vinos.

“Apostamos con decisión a un proceso sustentable en la vid, por tanto no usamos pesticidas, ni ningún otro producto industrial que modifique la biodiversidad de nuestros viñedos”, aclara Ph. Caraguel.

“Para reafirmar este concepto los nombres de nuestra bodega y de nuestros vinos son los de la vegetación del lugar. Atamisque es un arbusto y en lengua quechua quiere decir Agua Clara. Catalpa y Serbal son árboles típicos de la región e identifican en nuestras etiquetas a dos de nuestras líneas de vinos”, complementa Philippe.

Finca Sophenia y Roberto Luka

Como gerente de una gran bodega mendocina, Roberto debía negociar con distintos viticultores la compra de la uva adicional a la propia. En una entrevista para el diario Perfil contaba de Finca Sophenia: “Durante 10 años transité la provincia comprando uvas para la empresa. Eso me llevó a mirar con cariño la zona de Tupungato donde la calidad siempre era superior. Me convencí que algún día tendría mis viñedos allí. En 1997, con mi socio y amigo Gustavo Benvenuto, compramos un predio y plantamos 130 hectáreas, en un lugar donde nunca se había practicado la viticultura”.

“Nuestra amistad tiene larga data, tanta como la de nuestras hijas Sophia y Eugenia, que de alguna manera son el origen de todo esto y el nombre de la bodega es la conjunción de sus nombres. Ambas trabaja en la empresa, Sophia es la Brand Manager para Europa y Eugenia lo es para Argentina y la región.” agrega.

Tenemos entonces desde ahora, nuevas etiquetas argentinas que compartirán góndolas con las muchas que ya las abastecen.