Para presentar el Preludio 2017, Familia Deicas invitó a una cena en la cava subterránea del establecimiento. Participaron cerca de cien personas, entre funcionarios, allegados y prensa especializada. Gracias Nilda Medina por representar a Catadores y por esta nota tan descriptiva

Este tinto de Gran Guarda, cuyo nombre que evoca obras musicales, es uno de los vinos ícono de la Bodega Familia Deicas, desde su primera versión de 1992 y sinónimo de muy alta calidad.

Según Fernando Deicas, las características del terroir de Juanicó, con un parecido muy grande con los de renombradas regiones europeas tales como Burdeos o Italia, de climas no tan áridos, los alentó a emprender la obtención de un vino potente, que permita una larga guarda, al estilo de los de esas regiones.

Nace Preludio. Vino de corte, donde se integran armoniosamente varias cepas. La principal Tannat, junto con Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot y Marselán. Provienen de sus mejores viñas, con una extrema selección de racimos en los que la producción se reduce a 5000 kg/há.

Preludio no se elabora  todos los años. Solo en aquellas cosechas, en las que la calidad de todas las variedades es la óptima.

Se efectúa  una cuidada maceración y posterior crianza en barricas durante dos años. Mientras, los enólogos e integrantes de la familia, van seleccionando las mejores y de las 600 iniciales llegan al final sólo 200, que finalmente participarán en el corte.

Los técnicos de la bodega preparan varios y seleccionan. Para la elección final quedan solamente los cuatro mejores.

Por su intensidad se trata de un vino gastronómico, así es que la familia Deicas ha decidido que dicha elección se realice durante una cena,

Es así que para el Preludio 2017, días atrás la familia Deicas invitó a una cena, con una concurrencia de cerca de cien personas, entre funcionarios del establecimiento, allegados y prensa especializada, junto a Fernando Deicas y todos sus hijos

Se realizó en la cava subterránea del establecimiento, la misma donde reposan las barricas y las botellas, con temperatura constante todo el año.

Denominada la “Cava de Preludio”, data de mediados del S XVIII en tiempos de la Compañía de Jesús y aportó un adecuado ambiente señorial, casi mágico.

La actividad de la noche, orientada por Fernando y Santiago Deicas se enfocó a seleccionar entre los cuatro cortes, aquel que mejor mostrara las características especiales de un Preludio y que lo identifican entre los vinos de alta gama.

Es un vino que se caracteriza por ser complejo en aroma y boca, con taninos sedosos, en una combinación que lo hace único a lo largo de los años.

La cena comenzó acompañada por Preludio 2015, Preludio 2016 y Preludio 2009, que sirvieron como referentes en la tarea.

Y luego, allí estaban los cuatro cortes seleccionados, prontos a pasar por el examen final, en el que los invitados, ajenos a la actividad anterior, darían su opinión.

La gastronomía a cargo de Mechi Deicas y su equipo, fue otra de las notas altas de la noche. Si un correcto maridaje es fundamental al apreciar un buen vino, en esta ocasión jugó un papel fundamental. Los platos de pastas y carnes presentados, de muy cuidada elaboración, fueron sin duda un complemento excelente para el Preludio.

En un ambiente distendido y agradable, los participantes tuvimos el privilegio y a la vez la gran responsabilidad de elegir uno de los cuatro cortes propuestos, según las pautas indicadas. Santiago fue el encargado de recibir las distintas opiniones, con la reserva adecuada, para no influir a los demás.

Una vez seleccionado el corte final, se pasará a botellas que descansarán en la cava por lo menos tres años.

Vino de larga guarda, las diferentes añadas han mantenido sus características con los años, mucho más allá de lo esperable, lo que corrobora el acierto en la decisión inicial.

Tiene un merecido lugar de privilegio tanto en el mercado local como internacional, con varias distinciones, entre ellas la de la Guía Descorchados 2018, en el que su panel le asignó 93 puntos.