Hace ya unos años que la casa real de la familia Windsor, elabora una cerveza y un gin, a partir de la cebada orgánica que se cultiva en sus propias granjas. Un manantial del lugar provee el agua pura que se precisa. Ambas bebidas se venden en forma exclusiva en las tiendas de souvenirs para los visitantes de sus residencias y castillos. Ahora y para la última navidad, se les sumó el Prosecco Sandringham importado de Italia y elaborado por Vigna Dogarina de Campodipietra, Treviso. La botellita de 200 cc no era barata, se vendía a 15 libras – unos 20 dólares – y la primera partida se agotó rápidamente, antes del 25 de diciembre. Se sabe que la reina ama las burbujas y el espumante italiano es uno de sus preferidos

Record de ventas

El 2021 fue un buen año para este espumoso del norte de Italia. Se vendieron 600 millones de botellas, lo que representa un 20% de aumento sobre el año anterior y casi el doble de lo que Champagne vendió en el mismo período. Este boom histórico se mantiene vivo desde hace más de 10 años y como en otros países, en el Reino Unido también hace furor.

En el Veneto y Friuli-Venecia están más que contentos, con la decisión de China de reconocer a este made in Italy. Ahora la marca Prosecco se asegura la protección oficial en un gran mercado y estratégico sin duda.

La región recién obtuvo en 2009 ,su status DOCG (denominación de origen controlada y garantizada) y su éxito lo explica bien Stefano Zanette, presidente del Consorcio Prosecco: “se diría que es un lujo democrático, similar a un par de vaqueros, que se pueden usar y visten bien para distintas ocasiones”.

Una uva local y un método industrial

Glera es la uva blanca autóctona que se utiliza y si bien se estila la doble fermentación, como se hace en Champagne, en este caso se simplifica al realizarla en grandes tanques de acero inoxidable.

Es precisamente su versatilidad uno de los factores que lo han impulsado  en el mundo. En Italia, lo beben desde antes de comer y hasta después de cenar, para festejar las ocasiones especiales y también combinado con cócteles como el Bellini –a base de jugo de durazno y prosecco – o el famoso Spritz, el coctel de moda que lo combina con Aperol y una rodaja de naranja.

El gran éxito de ventas ha empujado a la gran casa catalana Freixenet a subirse a la ola, comprando la cantina Mionetto en las colinas de Valdobbiadene donde se elabora su Freixenet Prosecco, que ya se exporta al mundo con gran aceptación.

Quien no sabe que son enormes los costos de mantener las muchas residencias de la familia Windsor y su personal. Por tanto un Prosecco “Real”, que se vende a muy buen precio, aunque venga de Italia siempre será bienvenido.