Es extensa la lista de famosos que decidieron involucrarse en el sector del vino y a producir los propios. Algunos lo han hecho con mayor convicción y compromiso, otros apenas han cedido su nombre para que se luzca en una etiqueta

Francis Ford Coppola optó por el primer camino, cuando tras su exitosa serie de EL Padrino, decidió comprar la bodega Inglenook y la mansión contigua – en Napa Valley – para ir a vivir allí, con sus hijos y su esposa Eleanor.

Antonio Banderas es otro que en 2009 se implicó fuerte en el sector, al comprar el 50% de la bodega Anta, que pasó a llamarse Anta Banderas. Se sitúa en pleno corazón de la Ribera del Duero y cuenta con más de 200 hectáreas de viñas.

Aquí cerca en Argentina hay varios casos que van por el lado de futbolistas que han hecho fortuna jugando en Europa. Incluso los veteranos del seleccionado de México 86, sacacaron este año dos tintos de alta gama: Héroes Blend y La Final Malbec. Un recuerdo del título mundial ganado con la participación del legendario Diego Maradona.

Por su parte y hace ya unos 20 años, la bodega mendocina Raíces de Agrelo, lanzó los vinos Diego Armando Maradona.  El astro participó en la aprobación de ellos y eligió dos tipos de etiquetas, una para los vinos premium y otra para un segmento medio. Incluso se presentó uno más popular en tetra, con la imagen del ídolo en la caja. Ni que decir que la venta fue por demás exitosa, no sólo en el mercado local, también en el exterior.

En cambio Vinos de Potrero en Mendoza, es un proyecto enológico sólido del exfutbolista Nicolás Burdisso y su esposa Belén Soler Valle. Al terminar su ciclo en Boca Juniors, la pareja emigró a Italia donde a él le tocó defender al Roma y al Inter de Milán. A ella no le gustaba el vino, pero en la península aprendió a conocerlo y disfrutarlo.

Belén es Licenciada en Comunicación Social, recibida en Argentina y terminó su carrera de Sommelier en Italia. Hoy se encarga de liderar el proyecto junto con su marido, trabajando junto al equipo de la bodega, mientras viaja varias veces al año, para atender a los clientes del exterior.

En 2008 compraron una finca en Gualtallary – zona top del vino argentino – y tras sumar al equipo al destacado enólogo uruguayo Bernardo Bossi Bonilla, iniciaron un desarrollo, que hoy cuenta con un amplio portfolio de vinos y un buen éxito comercial y de la crítica especializada.

A diferencia de otros, Vinos de Potrero tiene una imagen propia y no aparecen en las etiquetas, ni la cara de Burdisso, ni su nombre.

“No queríamos que fuera el vino de…, sino que el nuestro debía ser el protagonista, el principal referente y sin duda lo logramos. El nombre de nuestro emprendimiento es porque hacemos una analogía con el potrero para el jugador de fútbol con el otro, que es el terroir de la uva”, aclaraba Nicolás al ser entrevistado por La Nación.

No tenemos futbolistas uruguayos que hayan elegido invertir sus ahorros comprando una bodega y el viñedo contiguo. Por supuesto que todos han invertido sus ahorros en distintas actividades, ya sea industriales, inmobiliarias o del agro, como lo hizo Cavani en Salto

Los Vinos de Potrero llegan a Uruguay de la mano de Julio González, propietario de la tienda Vinbutik en Benito Blanco 774, casi llegando a la plaza Gomensoro.