Viene desde hace años a nuestro país. En su juventud directo al Este, donde con orgullo cuenta “mi primer trabajo en una cocina fue en Uruguay cuando tenía 19 años”. De ahí en más, no dejó de venir nunca. Los primeros años, exclusivamente a trabajar, después de vacaciones y ahora, a compartir sus conocimientos dando clases

Así lo cuenta ella “me enamoré de la geografía, de los productos, de las personas…, fue muy intenso, fue un antes y un después, y a partir de ese verano, vine durante diez años a trabajar…, después vine siempre de vacaciones y ahora es un mix, doy clases, visito amigos, hago algún evento, pero ya más en plan de vacaciones”.

Juliana es una viajera incansable. Adora viajar y prueba de ello, son sus programas de televisión, libros y viajes que realiza con grupos de fanáticos del buen comer, “me encanta viajar…, ya hace dos años  que viajo a la Toscana con un grupo de chicas, muchas uruguayas, haciendo un viaje muy gastronómico que empezamos en Roma y seguimos por Toscana. Pasamos por todos los pueblitos medievales, hacemos clases de cocina participativas con cocineras italianas, visitamos granjas, productores, mercados, restoranes y es un gran disfrute…, un placer”.

Escucharla es como ojear su libro, Juliana en Italia, “siempre digo que hay que viajar al origen, conocer el producto en el origen, porque una cosa es la cocina italiana en cualquier lugar del mundo, pero muy distinto es comer en Italia”. Encantada sigue y confiesa, “el año que viene tenemos la idea de ir a San Francisco, en California. Ir a todos los mercados verdes, hacer toda la costa oeste y un relevamiento de toda esa parte tan divina.”

En enero se fue de vacaciones a Australia. Ya había estado hacía tiempo con Ramiro, su esposo. Volvió en familia y la experiencia fue inolvidable. Con gran sonrisa empieza contando,  “Australia tiene la combinación perfecta, mucha calidad de vida, comida espectacular, mercados que te morís, las mejores playas y un clima como el nuestro. Lo que tiene la comida australiana, es que es donde se originó la cocina fusión, porque son ingleses y asiáticos y entonces hay muchos productos asiáticos con una cocina con mucha tecnología. Con mucha cultura inglesa, francesa, europea y asiática.”

Juliana y Ramiro tienen dos varones, Benjamín y Segundo. Así vive la mediática cocinera su rol de madre “tienen nueve y ocho años. Son divinos los varones con las madres, son cariñosos…, Uno de mis hijos es re gourmet y le encanta y me pide que le cocine más gourmet, y al otro no le importa nada. Un día me preguntó si mi hobbies es cocinar…, casualmente, el que no come dice que va a ser cocinero.” Y concluye con cierta esperanza “hay como dos o tres patés tipo alemanes que me gustaría que quedaran en la familia, el gulasch de mi mamá, que yo no lo hago nunca, aunque lo sé hacer”. Parecería que esta tradición de cocinero, tiene un capitulo asegurado en la siguiente generación.

Muchas de sus recetas son herencia de sus abuelos y padres. Con algunas de ellas “suelo viajar a mi niñez de un minuto al otro; una torta de ciruelas, una tarta de damascos. La comida armenia y libanesa me hace viajar a mi niñez. A mi papá le encantaba, y nos hacía humus, niños envueltos en hojas de parra…, me encanta esa comida y me hace acordar aquellos tiempos”

A Juliana le hubiera gustado comer con Frida Kahlo y hasta cocinar con ella, en su cocina de Ciudad de México. Ese encuentro no se pudo dar pero quien diga que algún día coma en la cocina de Jamie, “me encantaría que me cocinara Jamie Oliver, pero que me cocine comida casera, en su casa, no el personaje”.

Para cerrar una charla por más interesante, confiesa: “Lo que me está pasando en Uruguay, es que vengo y no paro de comer, cada día algo diferente…, la fruta y la verdura uruguaya, déjame que te diga, es realmente rica…, el dulce de leche es espectacular, los lácteos uruguayos son muy buenos, porque tienen producciones chiquititas, controladas, no es gran escala…, y eso se siente”.

Gentileza: The Select Experience