James Suckling, uno de los críticos de vinos más importantes del mundo, estuvo en unas cortas vacaciones en Punta del Este y aprovechó para conocer Bodega Garzón. Junto a los técnicos de la empresa probó los vinos de la última añada, aunque él ya conocía los anteriores porque habitualmente los incluye en sus eventos. Quiso sin duda comprobar las virtudes de la excelente vendimia 2018 y se despidió muy conforme con el resultado. Al terminar sus evaluaciones tuvo lugar un almuerzo con el equipo técnico y gerencial que lidera Christian Wylie. Sirvió para comentar los avances que se constatan en este coloso de Maldonado y los nuevos desafíos que el mundo del vino renueva cada año

Impresionante trayectoria

A los 22 años, a este californiano – recién egresado de la carrera de Ciencias Políticas y Periodismo – le tentaba dedicarse a cubrir los vericuetos de la política mayor. Desde Los Ángeles viajó a Washington donde Reagan acaparaba los titulares y en las redacciones de los diarios, aún resonaban los ecos del Watergate. Pero no tuvo suerte, no encontró trabajo y debió volver a su casa en el Oeste. Respondió un aviso de prensa y obtuvo un puesto en la revista Wine Spectator de San Diego. Corría el año 1981 y él contaba apenas 23. Cubrió eventos de las bodegas, entrevistó a enólogos y propietarios, al tiempo que se entrenaba para diferenciar y apreciar los vinos buenos, de los que no tenían méritos. Su fina sensibilidad le permitió aprender muy rápido y la revista lo encargó de reseñar los vinos de Oporto y de Italia. Se mudó a Europa para estar en contacto con los productores de las principales regiones. Desde París primero y Londres después, su estilo periodístico pulido y su forma ecuánime de calificar los vinos comentados, lo convirtieron en uno de los periodistas catadores más famosos del mundo.

La Independencia

En julio de 2010, un Suckling muy exitoso y reconocido internacionalmente, decidió dejar Wine Spectator y seguir ejerciendo su oficio en forma independiente. Lo hace desde su sitio www.jamessuckling.com donde también escribe y comenta de los habanos, otra de sus grandes pasiones. Viendo las grandes posibilidades del mercado asiático, abrió oficinas en Hong Kong y Bangkok. En esta última ciudad organiza desde hace años el Great Wines of Italy, un evento anual que concita gran expectativa y muchos consumidores.

Tiene las ideas muy claras y no vacila en aclarar los tantos para contar cómo ve hoy, al mundo del vino. A la prensa thai le decía: “En este país no deberían encarar al vino en términos occidentales. Importa mucho que se despeguen del cliché Grandes Tintos de Burdeos y que busquen experimentar otros perfiles, que quizás les resultarán más interesantes y atractivos. Hoy y a diferencia de sus padres, los jóvenes tienen otros intereses y por eso Thailandia, es un mercado muy importante para el Prosecco italiano. Aquí se venden más de 800.000 botellas por año. También pasa en el mundo y en particular con los milenials, que buscan y se acercan a los vinos más frescos. Son mucho más conscientes de la degradación del planeta y prefieren los vinos elaborados con uvas orgánicas, que no conocen los pesticidas”. Expresiones que lo muestran como un buen conocedor de las tendencias del mercado mundial.

Para nuestras bodegas este comienzo de año ha sido muy importante, por esta y otras visitas de reconocidos expertos, que han venido a conocernos y a probar nuestros vinos. Ellos comunican sus hallazgos en los medios especializados y de a poco el mundo va sabiendo que Uruguay, “en el Sur también existe”.