José Pepe Galante, el prestigioso enólogo trajo las creaciones de Bodega Salentein al Salón del Vino de Enjoy

Al momento de elegir una carrera mi padre me aconsejó ir por Ciencias Económicas, estaba a punto de hacerlo, pero algo repentino me llevó a inscribirme en Enología. Capaz fue mi ángel  guardián. Le hice caso y no estoy arrepentido”, contó José Pepe Galante con una sonrisa pícara que le ilumina la cara.

El argentino, que es considerado uno de los padres de la vitivinicultura moderna en Argentina, visitó Punta del Este y trajo sus vinos de Bodega Saletein al Salón del Vino de Enjoy.

Su camino en la enología comenzó cuando el joven recién graduado, con el título de Licenciado en Enología e Industria Hortifrutícola bajo el brazo, consiguió empleo en Bodega Esmeralda de la familia Catena.

Trabajó allí durante 34 años, siempre dedicándose a los vinos finos. Junto a un gran equipo fue pionero en los años de 90 en presentar los primeros Malbec de alta gama. También conoció las excelentes virtudes del Valle de Uco, donde con Nicolás Catena plantaron en 1992, su primer viñedo a 1.500 metros de altura.

“Decidido a retirarme en 2009, con la idea de dedicarme a la consultoría y a Puramun —la empresa familiar que tengo con mis hijos—, recibí la llamada de Gustavo, un amigo y colega que trabajaba en Salentein. Me ofreció trabajo, su oferta me resultó muy tentadora y la acepté”, recordó el enólogo.

Salentein se inició antes del 2000 cuando el empresario holandés Mijndert Pon, un enamorado de Argentina, con inversiones ganaderas en el vecino país, decidió incursionar en la elaboración de vinos finos.

Visionario y bien asesorado, compró un viñedo en Valle de Uco, que en los años 90 recién comenzaba a ser considerado como un lugar especial y promisorio para la viticultura. La zona era entonces como un desierto, nada que ver con el polo vitícola que hoy alberga a más de 20 emprendimientos de primera línea, entre ellos el del famoso enólogo Michel Rolland con su Clos de los Siete y donde familias tradicionales como la de Zuccardi o los Bianchi, instalaron sus segundas bodegas.

Hoy Salentein ya es propietaria de 2.000 hectáreas de las cuales 800 están plantadas y tienen la idea de llegar a las 1.000 en un par de años.

“El tema es que para elaborar la línea Portillo, precisamos uvas propias porque si las compramos no podemos llegar al precio al que hoy la vendemos. Y nuestras ventas han crecido mucho tanto en Argentina como en el exterior”, contó.

“Los franceses que contratamos en 2014, para que nos asesoraran nos decían que el valle de Uco es como una juguetería por la enorme diversidad de sus suelos”, rememoró.

“Queríamos implantar nuevos viñedos y aprendimos mucho con ellos. El trabajo en conjunto nos permitió contar con un mapeo del territorio que nos habilita a saber dónde plantar nuevas parcelas y las variedades que mejor rendirán en cada una de ellas”, destacó el experto.

“El valle es como un anfiteatro respaldado sobre las montañas, con una diversidad de alturas que van desde los 1.100 a los 1.700 metros de altura. Si a esto se le suma la diversidad de suelos, hay un campo amplio para experimentar y eso es lo que nos apasiona a muchos de los que allí trabajamos”, agregó.

Mijndert Pon falleció y sus hijos están al frente de la primera bodega de lujo en la zona.  Los vinos de Salentein que Galante elabora —y ahora pueden encontrarse en Uruguay— y su gran calidad, siempre son reconocidos por los críticos internacionales, como Robert Parker o Tim Atkin quienes le han otorgado excelentes puntajes.