Los cócteles vienen ganando popularidad debido al mandato de la hora, que consiste en el afán de buscar lo novedoso y las experiencias únicas. A los jóvenes les atrae mucho descubrir la innovación en sabores, a la que hoy se suma, la conciencia de un consumo responsable. Y en este sentido, disminuir la proporción de destilados en los cócteles o sustituirlos por una dosis de vino, cumple con ambos objetivos: más novedad y menos alcohol

Resulta bastante obvio que, para crear un nuevo coctel, un blanco va a ser más fácil de combinar que un tinto y que el Sauvignon Blanc, es una excelente elección. Su acidez refrescante, lo hace ideal para crear tragos ligeros y sofisticados a la vez.

En la cadena Hillstone Restaurant Group, que cuenta con más de 45 locales en diversas ciudades de Estados Unidos, han sabido darle un buen uso a este varietal blanco. Ya había tenido un buen suceso, servirlo con unas rodajas heladas de jalapeño, aunque ahora y un poco más sofisticado, sus bármanes crearon el Crisp Martini.

Si bien la cadena ha guardado silencio sobre la receta exacta, la repercusión y especulación creada en las redes, por quienes lo han probado y desean reproducirlo en casa, ha incentivado a los expertos a realizar una estimación de las proporciones. Parecen haber llegado a este consenso: una parte de Sauvignon Blanc, otra de St. Germain, dos de Gin y una rodaja de naranja o manzana.

El Saint Germain es el tradicional licor francés elaborado con flores de saúco frescas, seleccionadas a mano en los Alpes franceses, ideal para crear cócteles o disfrutarlo solo como aperitivo.

Un cóctel siempre debe llevar un nombre propio, para despertar el interés del cliente y personalizarlo. Si es llamativo mejor y a veces puede indicar su contenido o su ingrediente clave. En este caso, el truco fue usar el término Martini y para darle sentido, en la cadena Hillstone se sirve en la clásica copa con forma de cono invertido.

En nuestro país, el primero en crear un coctel con Sauvignon Blanc fue Liber Pisciotano, Sommelier profesional, quien diseñó una Caipi de Sauvignon Blanc, que fue toda una revolución. La familia de las Capi o Caipiras es aquella que macera la bebida alcohólica con lima o limón y azúcar. Liber, inquieto e ingenioso como es, tuvo la idea de hacerlo con Sauvignon Blanc, un vino blanco fresco y con buena acidez, descartando los destilados como el vodka o la cashaza. El resultado es un coctel refrescante, ideal como aperitivo, y para captar nuevos consumidores para el mundo del vino.