La uva tinta Arinarnoa es una creación del investigador vasco francés Pierre Marcel Durquety. Desde su puesto en el INRA de Burdeos, trabajó cruzando variedades para generar nuevos cepajes. Este se originó al combinar Tannat con Cabernet Sauvignon, pensando sería ideal para el sur de Francia. Sin embargo allá no tuvo aceptación, pero aquí en Uruguay está muy bien considerada y se la cultiva en forma creciente

Arinarnoa Carrau 2018

Descargar PDFBodega: Carrau
País: Uruguay
Región: Las Violetas
Estilo: Tinto
Cepa: Arinarnoa
Precio: $ 750

 

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Mucho color y taninos redondos

“Es una variedad que aquí encontró su nicho porque da muy buen color y en eso se asemeja al Tannat, pero con taninos más redondos y menos astringentes. También le gusta a los viticultores porque es de brote tardío, lo cual le permite esquivar las heladas de primavera” opina el Ing. Agr. Néstor Merino, reconocido experto y asesor de grupos CREA.

Pequeñas producciones

Colección de Barricas es una línea que nace en 2017 en Bodegas Carrau, para agrupar algunos varietales tintos de producciones muy limitadas, que rondan en unas 1.000 botellas.

“Ese año volví de Canadá para reincorporarme a la bodega y tocaba probar vinos de barricas. Entre muchas diferentes, encontramos una pequeña partida de Marselan que nos encantó. Había estado 12 meses en barricas de 2do uso y  el roble ya se había amalgamado lo más bien con la fruta. Al instante consideramos que podría tener un buen protagonismo como el primer varietal Marselan de Carrau. Y de alguna manera ese fue el comienzo de esta línea, que bautizamos Colección de Barricas y que nunca va a ser masiva “cuenta Marcos Carrau”.

“Hoy la línea se complementa con un Cabernet Franc de muy buen perfil, que siempre integra el corte del Gran Reserva Tinto. Con el Petit Verdot, la noble uva bordelesa de la cual tenemos tres cuadros. Y la Arinarnoa que plantamos a fines de los 90 y debe haber sido de las primeras en el país”, agrega Carrau

Un tinto apetitoso

Es color guindo y transparente al hacerlo girar dentro de la copa. En su aroma la fruta manda y el roble de las barricas se asoma pero con timidez. En boca es goloso, un sorbo ya pide el siguiente. Sin aristas que dificulten el paladearlo, tiene una acidez jugosa  que le da el nervio imprescindible. Lo considero entonces un tinto muy disfrutable, ideal para compartir en rueda de amigos.