Dos bodegas uruguayas – Garzón y Bouza – vuelven a integrar este ranking internacional, que cada año elabora el prestigioso multimedios británico Williams Reed. Por su lado Catena Zapata de Argentina vuelve a ocupar por segunda vez, el primer puesto de una lista que tanto distingue a los nominados. El propósito de esta encuesta es destacar las 50 mejores experiencias en bodegas y viñedos y, los mejores lugares para disfrutar de excelentes vinos, aprender sobre su elaboración y el cultivo de la vid

En su web, Williams Reed aclara: “en este listado hay maravillas arquitectónicas modernas, bodegas antiguas protegidas por la UNESCO, restaurantes con estrellas Michelin y pequeñas bodegas familiares donde los propietarios atienden personalmente a los visitantes.”

El jurado anónimo se integra con 500 especialistas en vinos y viajes de todo el mundo, que realizan una selección entre más de 1.500 establecimientos a lo largo del año. Se evalúan todos los detalles que hacen que la visita a una viña sea gratificante. No sólo los vinos agregan valor, importan mucho también la gastronomía, la accesibilidad, el ambiente, la atención del personal, el paisaje y la reputación de la bodega.

Catena Zapata ya había sido nominada como el número uno en 2021 y se la reconoce por la gran labor realizada por Nicolás Catena que ha llevado al vino argentino al nivel mundial que ahora lo distingue.

Siempre apoyado por su hija Laura, quien creó el Catena Institute of Wine, para desarrollar el código de sustentabilidad de Argentina en colaboración con las mejores universidades del mundo. Su propósito es obtener lo mejor de sus propios viñedos y – en términos generales – para ayudar a los vinos argentinos a alcanzar su potencial actual.

Por supuesto y se destaca, la impresionante arquitectura de su bodega que recuerda a una pirámide maya y el nuevo restaurante Angélica, de diseño inspirado en los antiguos borgos italianos.

Bodega Garzón, esta vez en el 6° lugar, figura en el Top Ten en las cinco ediciones realizadas hasta ahora. En su mención el jurado destacó: “Las 1.000 parcelas que se identifican por su microclima, orientación, humedad, exposición al sol y composición del suelo específicos”.

La participación del consagrado consultor italiano Alberto Antonini también se subraya, así como la del super chef Francis Mallmann, al frente del restaurante de 120 plazas. Sumaron puntos también, la innovadora arquitectura de la bodega y el campo de golf Tajamares ya reconocido por el PGA Tour Latam.

Respecto a los vinos la reseña señala: “el impacto moderador del Atlántico que le da frescura y matices al Tannat y el énfasis puesto en la Albariño que ya está dando excelentes resultados”.

Bodega Bouza es otra que siempre figura en este ranking y esta vez ocupó el lugar 30, por encima de otras tan prestigiosas como la chilena Clos Apalta, la australiana Penfolds Grange y Veuve Clicquot de Champagne. A 15 minutos del centro de Montevideo, Bodega Bouza con dos restaurantes en la zona de Melilla. O una salida más larga a conocer el de los viñedos de Maldonado, casi sobre el mar.

Hoy, la bodega obtiene sus uvas de cinco sitios distintos. Cada uno marcado por diferentes suelos. Un mosaico le permite cultivar en cada uno, la variedad de uva que mejor se comporta. Su gama de vinos va desde un tinto liviano como el Pinot Noir, a blancos frescos y modernos de Albariño y Chardonnay. O tintos de mayor cuerpo y estructura si hablamos del Tannat, cepa insignia del Uruguay.

Este listado marca sin duda el creciente auge en el mundo del turismo de bodegas. Prueba de ello es el anuncio que la primera Cumbre Global de Enoturismo Responsable, se realizará en Punta del Este en marzo 2024.

Catadores Uruguay colaboró en el desarrollo del enoturismo de nuestro país. Primero visitando bodegas locales, a finales de los noventa y principios del nuevo siglo. Eduardo Lanza, de manera incansable visitaba cada mes, una bodega de la región Sur para enseñar a consumidores e interesados, los viñedos, explicar in situ el proceso de producción, y visitar la sala barricas, incluyendo siempre la degustación de rigor.

Luego, cuando las bodegas se armaron de infraestructura, se agruparon y se pusieron a tiro de la moda mundial, Catadores lanzó su programa de viajes al exterior. Mendoza y Santiago fueron los primeros destinos para lugar cruzar el Atlántico y visitar el viejo mundo.