Riesling Pan de Azúcar 2019

Bodega: Bouza
Origen: Pan de Azúcar, Maldonado
Precio aproximado: $ 890

Casi no hay Rieslings VCP en Uruguay y es muy bueno que Bouza haya decidido tener el suyo, porque le aporta mucho a la gama de blancos de calidad.

Cultiva esta cepa en su viñedo de Pan de Azúcar y con ella abarca apenas una hectárea y media. No tuvo reparos en plantarla a pesar que los antecedentes no eran los mejores y por eso no ha prosperado por estos lares.

El sueco Andreas Larsen, Mejor Sommelier del Mundo en 2007, hoy se dedica a evaluar vinos cuando  las bodegas lo contratan. Cuando vino al Uruguay probó decenas de vinos y a este Riesling le asignó una excelente puntuación.

En diciembre pasado, la británica Amanda Barnes publicó una nota en Decanter: My Top 10 South American wines 2021 y junto a chilenos y argentinos, el Riesling de Bouza figuraba destacado. También estaba otro uruguayo, el espumoso de Viña Edén.

“La idea de plantar Riesling nació en 2007, en Burdeos, durante una degustación en Chateau Le Pin, donde además de los vinos franceses había unos Riesling alemanes” narró Eduardo Boido director técnico de la bodega.

“Al probarlos nos parecieron espectaculares y la semilla quedó sembrada. Pasado un tiempo y al concretarse la compra del predio de Pan de Azúcar, se nos presentó la oportunidad de plantarla. Creíamos que la influencia del océano sería muy buena para esta variedad, por lo cual decidimos comenzar a experimentar con ella” recordó.

Las parcelas tan próximas al océano, fue lo que les animó a dar este paso que hoy les rinde tanto. Esta ubicación le permite al viñedo, recibir a partir del mediodía, la brisa de la Virazón que trae alivio al calor de la mañana.

Tengamos en cuenta que es la variedad más cultivada en Alemania y también de gran presencia en la vecina Alsacia, donde el clima es más frío y bien diferente al nuestro. Hace tiempo que no pruebo los varietales de esas regiones, pero mi memoria me dice que son muy aromáticos y de una acidez marcada, que se compensa con algunos gramos de azúcar residual, que las levaduras no llegan a procesar. Por otro lado no llegan a tener el cuerpo y la untuosidad del Bouza 2019.

“Días pasados vino a visitarnos un funcionario del ministerio australiano de Agricultura, que llegó invitado por INAVI y lo probamos con él” contó Boido. “Le gustó y nos decía que lo encontraba con un perfil parecido a los de Hunter Valley, al norte de Sidney” agregó.

Pero no todas son rosas en la breve historia de la cepa Riesling en nuestro país:”El problema viene por ser una variedad muy susceptible a la Botrytis. En 2021 no pudimos elaborarlo. La uva no estaba bien, fuimos descartando las atacadas por los hongos y al final nos quedamos con tan poco, que no valía la pena procesarla. Y este año tuvimos que descartar como un 50%. La cosechamos recién hace una semana”, puntualizó Boido respecto a las últimas añadas.

Este varietal marca presencia en boca con gran prestancia, pero su fragancia no le va en saga. Incluso siendo un vino de tres años, ya comenzó a generar el curioso aroma a “piedra mojada”, tan particular de esta cepa a medida que el vino gana en edad. Es ese tan agradable que sale del suelo, un caluroso día de verano, cuando comienza a llover. Me gustó disfrutarlo en compañía de un pollo al curry con arroz blanco.