En diciembre 2020, la nota de Joaquín Sánchez Mariño en Infobae se titulaba: Las obras silenciosas del señor de los aeropuertos. Se refería a Eduardo Eurnekian, concesionario del de Carrasco y varios más en el continente. Su actividad filantrópica es poco conocida y en particular se destaca su indeclinable apoyo a distintas obras en Armenia, para ayudar a la recuperación de ese castigado país. Con dicho afán y consciente de la tradición milenaria del Cáucaso de producir vinos, en 2004 compró un predio de 2.000 hectáreas en el valle Ararat, para plantar un importante viñedo con variedades internacionales y autóctonas

Hay que decir, que todas las excavaciones arqueológicas que se han hecho en el Cáucaso, coinciden en confirmar que, en esa zona del planeta, la elaboración del vino data desde al menos 4.000 años AC. Hoy entonces, en la región se revive esa milenaria tradición y los nuevos viñedos y bodegas prosperan, enfatizando el rescate de las variedades autóctonas como la Areni tinta o la Kangun blanca.

Juliana Del Águila Eurnekian es sobrina de Eduardo y propietaria también de la Bodega del Fin del Mundo en la Patagonia. Viaja a menudo a la bodega familiar Karas, en Armenia y estuvo en Uruguay para presentar esos vinos, invitada por Distribuidora Ararat. Así relataba el comienzo de este proyecto que hoy ya es realidad.

A principios de los 90, cuando finalmente el país se independizó de la Unión Soviética, mi tío volvió a Armenia con ganas de ayudar a la reconstrucción del país. Quería contribuir y tal vez, generar un proyecto para brindar trabajo, con algún producto exportable. Le ilusionaba crear puentes entre Armenia y el mundo. Siendo tan amante del vino, la viticultura era una opción y esa idea se plasmó cuando finalmente encontró un predio en el Valle del Ararat, que es donde hoy cultivamos nuestros viñedos”, contaba en aquella oportunidad.

Arsen Sahakian, es socio de Distribuidora Ararat, nos conocimos en la embajada de Armenia y me acercó dos tintos para probarlos y opinar de ellos.

Karas Areni 2023

Atractivo color guindo y aspecto brillante, sus aromas son intensos y cálidos. En boca es franco y de una acidez cordial, como la que nos gusta encontrar en los tintos modernos como este. Es sedoso y acaricia el paladar.

Karas Reserve Blend 2018

Es un corte de Malbec, Syrah y Cabernet Franc, añejado en roble francés y armenio por 14 meses. Ya tiene 7 años y se mantiene íntegro sin acusar su edad. Conjuga muy bien la fruta original, con la crianza en roble. De buena fluidez y trago consistente, es delicado y expresivo a la vez, con una estructura que le asegura gran potencial de guarda.

Sin duda estos buenos tintos armenios, nos dan una linda chance para sorprender a los amigos, al llegar a la cita con una sorpresa que será muy festejada. Estos y otros vinos provenientes de Armenia se pueden adquirir a través del Instagram: @araratimportaciones.