El sueco Andreas Larsson ganó este título en 2007. Ejerce su profesión en un restaurante de su país y además asesora a las bodegas para evaluar sus vinos. Con ese fin estuvo en Uruguay para catar 110 vinos. Una noche llegó hasta Barolo donde su amigo Walter Fernández lo recibió encantado y nos cuenta esta experiencia

La noche fría y tormentosa del domingo 27 de agosto no paso inadvertida en Barolo Wine Bar para Ana Suarez y para mí. Tuvimos el honor de recibir a Andreas Larsson y elaborarle un maridaje con vinos uruguayos.

Andreas hasta el último concurso, era conocido por ser uno de los más jóvenes ganadores del concurso Mejor Sommelier del Mundo y el primer ganador de nacionalidad sueca.

Se encontraba en Chile e INAVI lo contactó para efectuar una rápida visita de  3 días, de los cuales 2 fueron para efectuar una cata a ciegas de más de 110 etiquetas de 15 bodegas Uruguayas. Las realizó en las instalaciones de Sofitel Carrasco donde se hospedó.

Una de esas noches se hizo un tiempo para visitarnos en Barolo donde junto a Ana elaboramos un menú para maridar con diferentes platos y vinos uruguayos que no habían sido de los enviados por las bodegas a catar.

El menú fue elaborado en las mismas instalaciones de Fellini/Ohm, cocinas que son las que cada noche preparan las comandas para Barolo. Consistió en 4 pasos, cada uno acompañado por un vino diferente.

Asombró a Andreas el Chardonnay de Viña Edén por lo fresco y bien logrado y su mineralidad. También lo sorprendió gratamente el interesante uso del Zinfandel como blend con el Tannat de Artesana, así como la fruta y carácter del Petit Verdot de Bracco Bosca.

Le pareció muy equilibrado e inteligente el uso de la madera en el Blend Tinto Cerro Negro, de Viña Edén.

Destaco la complejidad aromática del Merlot de Uruguay y de como a medida pasaba el tiempo tanto el Osiris Merlot 2007 como el Reserva Oculta Tannat 2002 de Pisano, valorizando el potencial de guarda de los mismos.

Nos compartió sus impresiones generales de los vinos que había estado catando días anteriores, en particular de los vinos blancos (que le recordaban a varios vinos franceses) y el Tannat y sus cortes.

El final de la noche fue con un vino blanco distinto que promovió una larga charla con él sobre la profesión en el mundo y sus antecedentes de cómo comenzó trabajando en la gastronomía para llegar luego a la Sommellerie.