Afable y cordial, José Luis Doldán sabe derrochar buena onda y por eso tiene muchos amigos. Con ellos, viaja cada Semana Santa a Uruguay a visitar bodegas y degustar sus vinos. Comenzaron en 2006 y hoy el grupo ya se conoce como el de los “Enoguaios”

José Luis se fue a Rio de Janeiro en 1984 y allí es Asesor Comercial del Consulado uruguayo. Miembro de la ABS (Associação Brasileira de Sommelieres) integra algunos foros de internet junto a otros amantes de la buena cocina y los mejores vinos.

Le pedimos nos contara como nació esta original experiencia y la relata de esta manera:

Tu sabes Eduardo que siempre viajo a Uruguay en Semana Santa con mis amigos y en nuestra  estadía procuramos visitar bodegas, lo que me permitió estrechar el conocimiento con sus dueños y enólogos. En 2006 se formó el grupo inicial en una reunión con amigos de la ABS y también de uno de los Fórum online en el que participo y donde se enfoca en la “Eno-gastronomía”. Surgió la propuesta de juntarnos e ir a visitar bodegas en Uruguay. Juntamos 15 personas, de Río de Janeiro y de Belo Horizonte, donde funciona un grupo llamado “Belo Vinho”.

Desde el inicio, nos hospedamos todos en el mismo hotel y en aquel año,  hicimos unas cuantas visitas a bodegas como Santa Rosa, Carrau, Bouza, Irurtia y Los Cerros de San Juan. Las elegí de acuerdo al conocimiento previo que tenía con sus dueños. A muchos de ellos los encuentro cuando llegan cada año a Rio de Janeiro, a presentar sus vinos y a cada año acabo conociendo nuevos productores.

Los tintos descorchados en el Cottage

La idea del grupo, que se mantiene hasta hoy y que creo que es el secreto de su éxito, es que no se trata de un emprendimiento comercial.

La modalidad es que cada uno paga su pasaje aéreo, su parte en las bodegas, su hotel y dividimos los costos de transporte interno. Así los participantes se sienten en “un grupo de amigos viajando juntos.”

Desde el principio pusimos la regla de que ninguno es obligado a participar en alguna actividad, que no haya incluido en sus opciones iniciales.

Me explico. Antes de salir todos reciben una relación de las actividades y sus costos y escogen en cuales de ellas quiere participar y cuáles no le interesan. Tienen que responderme antes de salir, para entregarle las listas a las bodegas y programar la locomoción. Todo es totalmente “a la carte”.

Chequeando etiquetas

A la vuelta de aquel viaje inicial del 2006, los comentarios se multiplicaron, sobretodo en el fórum de internet. Se enfatizó mucho en su costo reducido y sobre la excelente atención que tuvimos en todas las bodegas, fundamentalmente degustando sus mejores etiquetas. Esto se tradujo en que mucha gente me mandase sus mails y pidiese para ser avisado si se hacía otro viaje. Al año siguiente, el grupo pasó de 15 para 35 personas. Y nuevamente la divulgación de lo realizado fue muy amplia y elogiosa.

Esto se dio, claro, no sólo por mi relación personal con quienes nos iban a atender en las bodegas uruguayas, sino también porque los propietarios y enólogos sabían, que el grupo es integrado por gente con buen conocimiento de vinos y con un interés firme de aprender más de los nuestros. Por eso continuamos viajando año tras año, siempre en Semana Santa, llegando al récord en 2011 de 130 personas en el grupo, siendo que este año, contamos con 91 participantes. No lo sé bien, pero en la segunda o tercera edición, alguien le puso al grupo el nombre de ENOGUAIOS y este nombre acabó “pegando”. Tenemos una página en Facebook (www.facebook.com.br/ENOGUAIOS) donde se divulgan cosas que tengan que ver con vinos y turismo uruguayos.

Obvio que el Facebook se tornó una forma de divulgación poderosa, por mi parte prefiero el “viejo y querido e-mail”, pues es más personal. Tengo más de 600 direcciones de gente que algún día viajó o que de alguna forma se interesó por participar del grupo. Todos ellos relacionados con el vino y/o gastronomía. Hay gente profesional y también gente que simplemente aprecia y bebe vino regularmente.

En especial hay un grupo de integrantes de una asociación (UNAFISCO), capitaneado por un gran amigo, que se ha integrado de tal forma a los Enoguaios, que suministra casi la mitad de los integrantes en los últimos años.

El brindis final

Con ellos siempre hacemos algunas actividades paralelas, con tours que incluyen un almuerzo en alguna vinícola. Eso nos permite dividir el grupo y ofrecerles a aquellas personas que así lo quieran, un programa más light. El grupo más allegado al vino, puede así aprovechar mejor las visitas, que acaban teniendo un carácter más técnico.

Lo bueno es ver que gran parte de aquellos que no eran consumidores, vuelven a participar y en general, eligen más programas de vino.

Sin duda este cambio indica que a partir del viaje, pasaron a ser consumidores asiduos del vino en general, destacando el vino uruguayo en su consumo y teniéndolo como referencia. Eso me reconforta mucho.

Poco a poco hemos acrecentado algunas atracciones extra como por ejemplo, el Salón de Vinos organizado en conjunto con el Hotel Cottage Carrasco, que lleva ya 4 ediciones y también una “degustación de vinos uruguayos” que tu comandas Eduardo y que ya va en su segunda edición.

Hasta aquí llega el relato que nos hizo nuestro amigo José Luis Doldán, que con esta actividad sin fines de lucro, arrima consumidores brasileños a conocer mejor nuestros vinos. También y no es poca cosa, que estos viajeros conozcan in situ a los técnicos que los elaboran, formando así un más vínculo estrecho con nuestra realidad vitícola.